lunes, 9 de mayo de 2016

Dos heridos de armas blancas en una riña y un pedido a las autoridades municipales

LLAMA A LA POLICÍA YA, ESTA ARMADO NO LO PODEMOS CONTROLAR”--Gral Villegas.
Sábado 7 de mayo, aproximadamente 23 horas, el medico Luciano Robassio -(especialista en cirugía, el mismo que durante la semana extrae tumores y realiza complejas cirugías)-, el sábado a la noche le pedía a la telefonista que llamara a la policía.
Desde el interior de la guardia se escuchaban gritos, golpes y amenazas…el medico mostró las manos enguantadas con manchas de sangre y repitió “no lo podemos controlar” e ingreso de nuevo a la zona de consultorios. En el interior, enfermera/o, camillero y medico atendían en un consultorio a un herido que estaba tranquilo e intentaban controlar a un segundo en otro consultorio, (ambos heridos en una pelea con armas blancas, pelea entre hermanos).
Mientras la telefonista llamaba a la policía y les pedía que se apuren, una tercer persona (allegada a los dos heridos) ingresa a la guardia , atraviesa una pared en construcción saltando por una ventana con intensión de ingresar a la zona de consultorios, el reportero -que escribe esta noticia- presenciaba lo que sucedía y al ver a la tercer persona saltar por la ventana, decide ingresar SIN PERMISO al interior de la guardia, con la intención de ayudar de alguna manera en la situación, la tercer persona es retirada del lugar, este reportero se detiene –porque no tenia permiso para entrar- en una puerta que lleva a un pasillo desde donde se llega a los consultorios, de allí ve en el piso del pasillo guantes y gazas desparramadas junto a un recipiente metálico, y ve a uno de los heridos (gritando y dando manotazos) que intenta salir de un consultorio, un empleado del nosocomio lo retenía- forcejeaba abrazándolo desde atrás y el doctor Robassio le impedía la salida desde el frente, una enfermera le pedía que se tranquilice, “estamos para ayudarte, deja que el doctor te vea” le pedía la mujer, el interior del consultorio mostraba la camilla en el piso y desorden causado por el violento, desde el pasillo de "espera" los pacientes que esperaban ser atendidos eras testigos auditivos de lo que sucedía.
El hombre herido decía que tenia un fierro, que no se dejaría atender, que los mataría a todos, le gritaba cosas a su hermano que estaba en un consultorio cercano….y mas. Este reportero al ver la situación desbordada decide ingresar y acercarse al herido, el que lo confunde con un policía y se produce un intercambio de palabras –de buena manera-, por un instante se bajan los “decibeles” de la situación y en ese momento tanto el medico como el enfermero o camillero logran ingresar al paciente al interior del consultorio, luego llega la policía, y el herido comienza nuevamente con amenazas, los profesionales de la salud se retiran del consultorio e ingresa la policía a realizar su trabajo.
Faltan muchos e importantes detalles, lo que sucedió en Barrio trocha y el accionar de todos los participantes de este triste relato.
Quien escribe sabe que ingreso sin permiso al interior de la guardia y lo que ello implica, también sabe que ingreso “para hacer lo que este a su alcance” hasta que lleguen las autoridades.
Las fotos fueron tomadas sin permiso, deslindo cualquier responsabilidad de los empleados o profesionales que trabajan en el hospital, demasiado tienen con soportar este tipo de situaciones como para que se les cargue encima la responsabilidad de esta noticia y fotos.

EL SIGUIENTE ES UN TEXTO PUBLICADO POR EL MEDICO CIRUJANO LUCIANO ROBASSIO SOBRE LO VIVIDO.
Esta es la verdad, y la verdad es que los que nos quedamos de guardia todas las semanas para cuidarte a vos y tu familia estamos solos, a la buena de Dios, sujetos a la violencia de todos, de funcionarios, de pobladores comunes. Hace pocos días cumplí 6 años en este hospital. No hubo nada que deseara más que volver a mi pueblo y trabajar aquí. Año tras año esa alegría del regreso se fue convirtiendo en una gran frustración. Las condiciones de trabajo a la cual estamos sometidos muchos médicos del hospital distan mucho de lo mínimo y necesario para poder brindar una atención de calidad a la población. Solos, con superposición de tareas, haciendo absolutamente de todo, sin posibilidad de focalizar en una actividad acorde a la formación recibida. Un sin fin de salidas en falso por parte de directivos y funcionarios de turno han ocasionado el desastre en lo que se ha convertido trabajar aquí. Ayer miraba la felicidad en los rostros en los concurrentes a la cena anual del novillo blanco. Récord de recaudación para poder arreglar un sector descascarado del nosocomio. Pensaba que se arreglan las paredes y los pisos con dinero. Los que venimos sosteniendo sobre la espalda la salud de este bendito pueblo no creo que tengamos soluciones a nuestro alcance. Párrafo aparte de lo sucedido hace un momento en mi guardia, merece nuestra policía. Sólo lo resumiré en pocas palabras. Inoperantes, burócratas, incapaces. Ojalá que esto cambie. Ojalá que los funcionarios funcionen, que los directores dirijan, que los médicos curemos, que los policías protejan. Ojalá que la foto que me muestra a mi tratando de calmar a un paciente violento y amenazante sea más verdadera que las fotos de ocación donde se definen los destinos de la gente y los empleados con mentiras. La salud de la gente y el bienestar del empleado de la salud no se negocia más en este hospital.
Fuente: Noticias en el Face