Un ternero fue concebido mediante inseminación artificial y el parto debió ser asistido, ya que al poseer dos cabezas su tamaño era superior al canal de parto. Al nacer, esta criatura sobrevivió apenas unos minutos y debido a su mal formación, considerada una mutación, murió. Su madre, una vaquillona, sobrevivió sin inconvenientes.
Este tipo de episodios no es frecuente, pero hay registros y consultados algunos profesionales, aseguran que ha sucedido en otras oportunidades. En este caso, en el establecimiento “Don Alfredo”, de Alfredo García, ubicado en cercanías de la estación Los Laureles, es la primera vez.
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