Hoy, haciendo su trabajo llego a sus manos una cajita, una más entre tantas. Lo distinto es que dentro de la caja había 3000 dólares (a valor de conversión son unos $ 360.000). Pasado un rato, el propietario llegó preocupadísimo a la planta a preguntar y “Bocha” como es muy natural en él, se los devolvió. “Amasé una fortuna con la manos” contó con alegría y dijo estar confiado en que “Dios se lo va a recompensar”.
Dardo “Bocha” Miranda, es un trabajador humilde, al que la vida trató muy mal de chico al faltarle su padre y luego su madre. Aún así, siempre fue el bonachón del pueblo, y se fue por otros pagos a seguir haciendo sus “locuras” que son una lección de vida para muchos de nosotros.
