miércoles, 6 de abril de 2011

106 Aniversario de E.V.Bunge

5 de Abril E.V.Bunge cumplió 106 años, compartimos palabras de Patricia Bargero. "Esto escribí hace unos años, como cierre de la investigación que hicimos con Tomás Eduardo Penacino, por los 100 años de Bunge. Lo comparto en este nuevo aniversario... El pueblo Pueblo es el espacio físico, reducido en extensión, compuesto por las edificaciones, donde viven, trabajan, pasan su tiempo, un conjunto más o menos estable de familias e individuos. Por pueblo entendemos también la gente que vive en él, que forma parte de ese espacio o que se siente vinculada a él de una u otra manera. Ahora bien, ¿qué nos lleva a sentirnos o confesarnos parte de un pueblo? ¿de este pueblo? ¿Qué genera o provoca el sentido de pertenencia? ¿Qué hecho puntual funda en el individuo el deseo o la necesidad de reconocerse parte de un espacio? ¿Sólo haber nacido en un lugar, o haber vivido en él determinado tiempo nos hace de ese espacio? ¿Ese hecho azaroso es suficiente? Creo que el pueblo está en uno más allá del deseo. Está en uno se lo ame o deteste. El pueblo está y nos marca. Como una bendición o una condena. No podemos escapar de eso. Estamos determinados por él. Y, más allá de los vínculos o distancias que con él tengamos, en nosotros guardamos su voz. Como esa tonada pampeana que aspira las “s” finales. Esa mirada y andar lentos que en algún momento saltan y nos denuncian. Llevamos el pueblo en nosotros. Abiertamente o agazapado, él está. Él nos habita. Estamos amarrados a él. Y siempre nos reclama. Es el llamado. Es la voz que nos despierta y nos hace regresar. Pero, como dijimos, pueblo no es sólo ese espacio físico que nos marca. Es también la serie de rostros que lo componen. El grupo de historias que en él se han construido. Parte del pueblo es cada individualidad. Cada voz y cada silencio. Es el de paso rápido y el de paso lento. Es el que más hizo, y el que menos. El más virtuoso y el de escasas cualidades. Nada que hayamos hecho o dejado de hacer nos hace más o menos del pueblo. Todos somos de él. Por eso, en esta última página el pueblo es el protagonista. Porque protagonista es quien tiene el papel principal, el primero, el que se destaca. Y todos, y cada uno, hemos sido llamados a escena. No importa quiénes. Ni cómo. Ni cuántos. No hay reparto de papeles. No hay principales ni secundarios. Todos protagonistas. Cada uno, con sus cualidades y miserias. Sus ganas y desganos. Amores y desamores. Cercanías y distancias. El pueblo llama y ordena. Exige. No podemos escapar a su voz. La llevamos adentro. Y nos está haciendo un reclamo. Nos pide que salgamos a escena. Que pongamos el cuerpo. De nada vale resistirnos, así que dejémonos envolver por su voz. Dejemos que nos hable. Escuchemos qué tiene para decirnos. A mí. A vos. Seamos quienes necesita que seamos. Para él sos protagonista. Principal. Primero. Actor esencial. Y está llamando. Es hora de empezar a serlo.