Qué éxtasis el de arrojarse, por voluntad propia, al abismo del fracaso. Pienso que si amar es servir sin esperar nada a cambio—como quien hace el bien porque está bien y porque, en última instancia, también se hace bien a sí mismo—entonces el amor, efímero o no, con su deseo desenfrenado, es como esa ola que te arrastra en la orilla del mar. Puedes intentar esquivarla, pero te arrastrará igual. Y cuando finalmente te alcanza, pierdes fuerzas y certezas.
El deseo, ese que nos desborda y nos empuja fuera de cualquier límite, es un salto al vacío. Y, a veces, la nada puede ser el todo.
Chirizola Facundo. Pedagogo. Gestor Educativo.
jueves, 27 de febrero de 2025
El éxtasis del fracaso
Publicado por Walter Mackay en 14:21:00