Las búsquedas de Daniel Tarnopolsky
Militante de DDHH, en su búsqueda sin fin, consultó a
médiums para conocer el paradero de su familia secuestrada en 1976.
Daniel
Tarnopolsky visitará nuestra ciudad el viernes 5 de julio, invitado por la
Comisión de la Memoria, para desarrollar diferentes actividades entre las que
se incluyen un encuentro con los alumnos de la Escuela Media 8, y la
presentación del libro “Betina sin aparecer”, abierta al público, en el Club
Sportivo a las 20 horas.
Tarnopolsky, que
forma parte del comité del Espacio para la Memoria y Derechos Humanos, que
funciona en la ex ESMA, es el único sobreviviente de una familia secuestrada en
1976: padre y madre, hermano que hacía el servicio militar en la ESMA, cuñada y
hermana de 15 años. Daniel tenía 18 años y desde entonces inició un largo
recorrido, que incluye: exilio, búsqueda de información entre los
sobrevivientes de la ESMA, regreso al país durante el gobierno de Alfonsín,
participación en el juicio a las Juntas Militares, nuevo exilio durante el
gobierno de Menem, juicio civil a Massera tras el indulto, cuyo dinero donó a
Abuelas de Plaza de Mayo, regreso definitivo al país en 2002, consulta a
médiums para conocer el paradero de su familia, intensa búsqueda espiritual,
refugio en la música, y escritura del libro que presentará en Villegas.
Daniel sostiene
que militancia y búsqueda espiritual pueden convivir sin conflicto, su vida es
un claro ejemplo de eso: “Después del
golpe, en el exilio en Francia, empecé a conocer a cristianos de izquierda que
me mostraban un camino. Entonces entendí que la política, la militancia y la
religiosidad y la espiritualidad podían ir juntos. Para mí eso no es una
contradicción”.
La voz de los médiums
En su libro,
Daniel Tarnopolsky detalla un camino frecuentado por muchos familiares de
desaparecidos, pero pocas veces confesado: la consulta a médiums ante la falta
de información acerca del destino sufrido por los seres queridos. Es una prima
de Daniel quien desde El Bolsón inicia este camino, que él continúa en Francia,
y después en Argentina. Lo curioso es que cada vez que decide poner punto final
a la historia, alguien entra en su vida con nuevos datos: todos los relatos
coinciden y confirman que mientras el resto de la familia fue destinada a un
vuelo de la muerte, Betina fue separada del grupo y los sobrevive.
Daniel continúa
buscándola. La religión y la música han ayudado a sanar su dolor y enojo. La
información que le sigue llegando sostiene que Betina aún vive, pero no cuenta
con más pruebas que la voz de los médiums, mientras Betina sigue sin aparecer: “Quizá si está viva lo está en un estado
cataléptico de psicosis gravísima. Aún al día de hoy hay muchísimos NN en
hospicios públicos y privados y la Argentina no ha hecho un conteo para ver
quiénes son y de dónde salen. Sería un proyecto interesante para que encare el
Ministerio de Salud con el Ministerio del Interior y lo encabecen los
antropólogos forenses”.
Desde que inició
estas búsquedas Tarnopolsky se pregunta qué sentido tienen estos datos que
llegan a él cada vez que ha querido cerrar la historia, y por qué no lo dejan
detener su marcha. El viernes, en el Club Sportivo, compartirá estas búsquedas
con nosotros, y cerrará cantando, acompañado por los músicos locales.