En sus páginas tituladas Crímenes impunes, diario Clarín recordó a 20 años del caso "La Payanca"
Un robo. Esta fue la principal pista seguida por la Policía luego de los crímenes de La Payanca. Se apoyó en la versión de que María Esther “Chila” Acheriteguy, la dueña de la estancia, días antes del crimen había retirado $50.000 pesos/dólares de un banco local y los tenía en su casa . Por esta sospecha se acusó a cuatro vecinos de General Villegas. Pero ese retiro fue desmentido luego por el propio banco. Además, ni los cuatro vehículos de la familia ni los anillos de oro de una de las víctimas fueron robados. Después se dijo que había “pistas de aterrizaje de narcos” en ese campo. Que, meses después del crimen, se desenterró un tanque donde habrían guardado droga . “Pavadas”, dicen algunos vecinos de Villegas. Una tercera teoría habla de deudas por cuatrerismo o préstamos. Pero los que conocían a la familia descartan todo esto. La teoría que tuvo más prédica entre los Villeguenses –y que aún hoy se escucha– apunta a desavenencias familiares: por un lado, entre José Luis Gianolio (hijo de la dueña) y su padrastro, Alfredo Forte, por el manejo del campo. Pero ambos fueron víctimas. Forte había dejado a su esposa y sus 8 hijos por irse con “Chila”. También se buscó ahí un posible móvil. Otros testigos citados en la causa –a la que accedió Clarín – hablaron en su momento de reclamos por la futura herencia. “Claudia –hija de la dueña del campo– le pidió a su madre vender un departamento que tenía en Buenos Aires”, lo que habría provocado recelos de “Cascote” hacia su hermana y su cuñado, el actor –retirado desde el crimen– Marco Estell.