El jueves 26 de abril a las 20 horas, Francisca Salvia presentará en la Biblioteca Domingo F. Sarmiento, el libro Ningún lugar es aquel, una serie de relatos con recuerdos de su infancia en el campo y anécdotas de sus primos y abuelos.
Un fragmento del texto que cierra la obra da una pista del porqué del título: “Adonde íbamos no había montes, ni campos extensos. Sería otra forma de vivir, y perdía algo. Un lugar. La infancia y la libertad. Fue mi tiempo o nuestro tiempo, de mi hermana y mío. Fuera donde fuera, ningún lugar sería este. Ninguno.” Un homenaje a un lugar físico que permanece en la memoria pero también a ese territorio, que es la infancia misma.
Si Francisca Salvia tuviera que llenar un formulario, en el casillero reservado a ocupación, seguramente pondría “ama de casa”. Pero estaría dejando afuera el quehacer diario de su gusto por la lectura, la escritura, la cerámica y la pintura.
Alma inquieta, curiosa y amante de las artes, Francisca participó y ganó algún concurso de escritura, pinta, dibuja y hasta se animó a subirse a un escenario. La última vez que lo hizo fue bajo la dirección de Analía Bergia -su hija- en un homenaje a Niní Marshall por el que recibió largos y calurosos aplausos del público.
Con 78 años, y en parte por la insistencia de aquellos primos protagonistas de sus relatos que insistían en leerlos, es que decidió compilarlos y armar un libro.
Este jueves lo presentará en la Biblioteca local. Todos aquellos que deseen acompañarla están invitados.
