En medio del genocidio al pueblo palestino, Los limoneros (2008), de Eran Riklis, vuelve a resonar con fuerza. La historia de Salma, una viuda palestina que defiende sus limoneros frente al aparato burocrático y militar del Estado israelí, hoy se transforma en símbolo de una resistencia que sigue, pero ahora entre escombros, sangre y silencio internacional.
Lo que en la película era un conflicto “menor” —una disputa legal por árboles— revela la lógica del despojo: primero se arrancan los limones, después la tierra, la casa, la vida. Frente a ella, Mira, la esposa del ministro israelí, representa la incomodidad silenciosa de quien empieza a ver la injusticia desde adentro.
Los limoneros no es solo una película. Es una advertencia. Porque el horror empieza mucho antes de los misiles: empieza cuando se naturaliza el despojo.
Chirizola facundo
martes, 24 de junio de 2025
Palestina Libre
Publicado por Walter Mackay en 17:54:00